El
escritor marabino ofrece un enfoque humorístico, lingüístico y folklórico de
las exageraciones, las ironías y contradicciones que conforman el día a día de
la ciudad y su gente, a través de cuentos y relatos cortos en los que el autor
explica sus criterios sobre la idiosincrasia del zuliano en general y el
maracucho en particular.
El
objetivo de su trabajo es resaltar la manera tan única, diferente, vehemente, despreocupada
e irónica con la que el nativo de esta tierra afronta su vida cotidiana.
“Primo:
¿vos sois el último de la cola? A lo que el otro contesta: No, yo soy el
primero, lo que pasa es que todos estamos mirando pa’ atrás”.
Chacín
Fuenmayor relaciona el origen “parapetúo” de la mentalidad del zuliano con los
conquistadores españoles que por allá por mil cuatrocientos noventa y pico recalaron
en la tierra de las mandocas, los mamones y los huevos chimbos, o sea en
Maracaibo.
Llama
la atención del autor el hecho que hicieron falta cuatro incursiones sucesivas
para “fundar” la ciudad, desde Alonso de Ojeda quien salió disparado como “tapa
‘e corcho” más por la valentía de los nativos que por las armas de éstos,
pasando por Ambrosio Alfinger y Alonso
Pacheco, hasta Pedro Maldonado que montó el último parapeto que llamaron ciudad
y que “no eran más que villorrios encaramados en las ruinas precedentes”.
“No
nos debe extrañar, entonces, que seamos emparapetadores, irónicos,
contradictorios, inventores y ambiguos, a la vez que persistentes y creativos,
mezcla de nuestros abuelitos naturales y los padres hispanos putativos”,
explica el autor.
Como
el propio término “maracucho”, de naturaleza despectiva como feúcho, medicucho,
flacucho, que el propio ciudadano justifica: “No importa, a mí me gusta que me
digan así”.
El autor
Humberto
Chacín Fuenmayor ha dedicado diversos libros a las expresiones propias del
marabino, su léxico, sus expresiones folklóricas y su vida. Entre las obras
destacan: “Maracaibo al pie de la letra”, la que reúne ensayos humorísticos,
lingüísticos, folklóricos y ortográficos; “Las 400 formas de no equivocarse”,
planteamiento de correcciones ortográficas y estilísticas acorde a las
necesidades periodísticas; “De voz en vos, Diccionario maracucho de buenas,
regulares y malas palabras”, que recoge la expresividad plena del marabino.
“Donde
pongo el ojo pongo el apodo” es otra de sus obras sobre el humor, folclor y
lenguaje regional; “Coleo en la bahía” sobre la música regional; “Los nombres
maracuchos”, se presenta como un análisis humorístico-documental de los nombres
propios zulianos como: Filiberto, Perencio o Cesario José.
Su
colección bibliográfica contempla literaturas cortas y frescas sobre diversos
tópicos regionales que van desde la causa más profunda y lejana hasta su
consecuencia superficial o actual.
Ricardo Camejo Ramos